Historias

Suceden historias hermosas todo el tiempo, si sales a la calle estoy segura que cada persona con que te topes tendrá una historia que contarte, pero por desgracia la mayoría de estas historias se quedan sin ser contadas. La variedad es infinita, hay unas largas, que vienen desde años atrás, hay otras que pudieran llegar a parecer sin importancia debido a su corta duración, y también las hay las que van comenzando, y muchas veces, son éstas las mas importantes, porque son las que se están llevando a cabo en el aquí y ahora. En mi opinión, las historias mas hermosas son las que entrelazan la vida de las personas de manera casi mágica, cuando no cabe duda que es Dios el que mueve las piezas del rompecabezas para asegurarse de que ciertos encuentros sucedan. Me gusta imaginarme que así como cuando nosotros leemos un libro y sabemos que se acerca algo emocionante, quizás así Dios cuando por fin sucederá ese encuentro que Él ha estado planeando, debe de ser algo muy especial para Él también. Dios me regaló una de esas historias, empezó hace poco mas de un mes, así que en realidad por ahora aún es una historia muy corta, pero eso no tiene nada que ver en absoluto, porque es la historia en la que Dios me dio a la hermana mayor que siempre añoré. No sucedió por partes como suele pasar, fue de golpe, fue inesperado y fue un hermoso regalo. De esos regalos que son tan increíblemente bellos que no puedes evitar preguntarte si en verdad te lo mereces, pero de igual forma, todos los días desde que esta historia tuvo su comienzo, le doy gracias a Dios por haberla escrito y por haberme dado a Alex.