Saturday, February 27, 2010

Por partes.

Esto lo escribí hace ya ratillo, pero recién lo encontré en mi fb, asi que decidí ponerlo aquí también:

Mi madre me miraba de reojo cada cinco minutos, hacía como que revisaba algo en la guantera pero yo sabía que en realidad solo pretendía para poder acercarse un poco a mi rostro para verificar que no estuviera llorando. Hacía como que se aclaraba la garganta para ver si me animaba a decir algo y hasta trataba de poner música agradable en la radio, cosa en la que falló ya que en medio de la carretera no hay señal alguna. Llevabamos cuatro dias sin hablarnos, cuatro días. Ya era un record. Yo insisto en que ella tuvo la culpa, ella y su afán por inscribirme en el patético colegio situado a mas de 20,000 kilometros de casa, lejos de mis amigos, de mi casa, de mi banda y de todo lo que yo alguna vez había conocido.
El colegio Winchest para señoritas representaba todo lo que yo repudiaba: niñas fresas, mucho maquillaje y toneladas y toneladas de té que no sabe a absolutamente nada. Pero por alguna razón mi madre pensó que eso era exactamente lo que me hacia falta, no las toneladas de té, pero todo lo que el famoso colegio representaba para ella, la oportunidad de que su hija, o sea yo, se convirtiera en una dama de clase. A mi en lo personal me importaba poco lo que ella pensara de mí, yo era perfectamente feliz con mi banda de rock, mi pelo naranja y mis uñas color rojo.
"Sofía, no te enfades conmigo, es por tu propio bien, ya verás como te gustará el colegio, harás nuevas amigas y con un poco de suerte..."
Gire lentamente la cabeza y me acerqué a su rostro hasta que nuestras narices casi rozaban una con la otra.
"Con un poco de suerte ¿qué mamá?"
"¿Eso significa que ya me hablarás?" preguntó mientras forzaba una sonrisa en su rostro.
"Responde lo que te pregunté,"
Se quedó en silencio unos segundos y después vi como lentamente sus ojos se tornaban duros, queriendo disfrazar algun tipo de enojo.
"Con un poco de suerte aprenderás a ser como ellas." dijo finalmente.
Después de decir esto, fijó su vista en la carretera y no mostraba indicios de querer mover su mirada de allí, y por unos instantes consideré contestarle algo, pero sabía que no valía la pena así que decidí seguir torturandole con la ley del hielo, solo que esta vez decidí alejarme totalmente de ella. Así que giré y me dirigí hacia la parte de atrás de nuestra camioneta, había algo de equipaje pero era mejor que estar enfrente con mi madre.
"¡Basta Sofía, regresa aquí de inmediato!" retiró la mirada de la carretera en el momento justo en que un auto compacto venía de una salida de la cual mi madre no se había percatado, al escuchar el claxon del auto mi madré viró de tal modo que solo recuerdo salir volando por la ventana abierta que se encontraba detrás de mi, impactando fuertemente con mi hombro derecho en el pavimento.

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